BIOTECNOLOGÍA Y TRANSGÉNICOS EN EL SECTOR ALIMENTARIO

Más allá de las voces discrepantes, la biotecnología en el sector alimentario constituye una eficaz técnica para crear o mejorar productos mediante la utilización racional de organismos vivos.

 

Históricamente, la biotecnología de manera controlada ha constituido la herramienta idónea para obtener alimentos más saludables y con valores nutricionales óptimos.

 

Así, por ejemplo, el empleo de levaduras tras el Neolítico para acelerar el proceso de fermentación, constituyó una revolución con la que se incrementó la producción de pan, vino o cerveza, a fin de satisfacer las demandas de consumo de alimentos en una población creciente y, paradójicamente, mucho más susceptible a la transmisión de enfermedades víricas y bacteriológicas que en la etapa de cazadores-recolectores.

 

Además, las técnicas de biotecnología agrícola han permitido recientemente, obtener productos vitales como los antibióticos, los aminoácidos o estimular la producción vitamínica en muchos alimentos.

 

Hoy en día, la biotecnología moderna ha incorporado los avances en ingeniería genética para modificar el material hereditario de un organismo vivo, mejorando sus características organolépticas, productivas o de consumo. Concretamente en agricultura, se emplea para la consecución de especies mejor adaptadas a determinados climas, aumentar la resistencia a plagas y enfermedades, permitir bajos consumos hídricos o aumentar las características nutricionales de los productos.

 

Pero volvamos por un momento a nuestro pasado Neolítico. Durante cerca de 15.000 años el ser humano ha modificado, desconociendo absolutamente el por qué, todo su entorno y especialmente los productos de consumo alimentario. Un ejemplo: el trigo silvestre de bajísima productividad, no puede ser consumido sino tras un laborioso tratamiento de molienda que no garantizaba su aceptación digestiva por muchas personas que sufren intolerancia o alergias leves. Sólo tras algunas generaciones de optimización de semillas y mejora de cultivos, el grano de trigo actual permite un consumo de práctica tolerancia global con una productividad óptima.

 

Agricultores y ganaderos han manipulado pues la estructura genética de las plantas y los animales desde que se inició la agricultura, controlando el proceso de domesticación a través de numerosos ciclos de selección natural de los individuos mejor adaptados. Esta explotación de la diversidad en los organismos biológicos ha proporcionado mejores cultivos, árboles de plantación, nuevas especies cruzadas, e incluso animales de granja o especies piscícolas mucho más productivos que sus antepasados originales.

 

No es pues, como vemos, la biotecnología, un proceso nuevo, si bien en los últimos años ha saltado a la palestra de las informaciones tendenciosas, con el fin únicamente de desorientar a la opinión pública y a los consumidores, hasta el punto de considerar la palabra “transgénicos” como un tabú. Veamos por tanto en qué consiste este término aplicado al sector alimentario.

 

Desde los años 70, el Organismo Mundial para la Energía Atómica (OIEA), patrocina la investigación sobre la inducción de mutaciones para  impulsar el mejoramiento genético de cultivos alimentarios e industriales con el fin de obtener nuevas variedades mejoradas. La mutación inducida como ayuda del mejoramiento ha dado lugar a la introducción de nuevas variedades de cultivos como el arroz, el trigo, la cebada, las manzanas, los cítricos, la caña de azúcar y el plátano (la base de datos sobre variedades mutantes de la FAO/OIEA contiene más de 2 300 variedades distribuidas oficialmente).  La aplicación de la mutación inducida al mejoramiento de cultivos ha tenido enormes consecuencias económicas en la agricultura y la producción de alimentos.

 

El problema surge a partir del siglo XXI con los nuevos descubrimientos e interpretaciones de las cadenas genéticas de ADN, que han reactivado la industria biotecnológica, mejorando e incorporando nuevas técnicas de mutación mucho más sofisticadas. Ejemplo de ello es la genética de reversión, por la que se alarga artificialmente la vida útil de un producto de consumo alimentario, o la disposición de semillas de altísima productividad pero que imposibilitan la floración y el cruzamiento para una segunda generación.

 

Los alimentos transgénicos son por tanto aquellos que han sido producidos a partir de un organismo modificado mediante ingeniería genética y se le han incorporado genes de otro organismo para producir nuevas características deseadas. Como observamos, nada en principio punible en tanto respeta los procedimiento clásicos que hemos visto en los procesos de mejora agrícola tradicional mediante cruces dirigidos.

 

No obstante, la inclusión en el proceso de la tecnología del ADN recombinante, por la que se manipulan secuencias de ADN de forma directa (posibilitando así la extracción de un taxón biológico y su inclusión en otro, así como la modificación o eliminación de estos genes para producir nuevas especies modificadas genéticamente o OGMs), es la que podría derivar en cuestionamientos que, en todo caso, siempre estarían basados en meras especulaciones de orden ético, incompatibles por las normativas en materia alimentaria cuyo fin principal es la protección efectiva del consumidor.

 

Es curioso que, en pleno siglo XXI, con las dificultades propias de una industria que siempre ha intentado satisfacer las necesidades y exigencias alimentarias de una población mundial en crecimiento, los avances científicos que aportan mejoras sustanciales en la productividad y la calidad de los alimentos, sean cuestionados hasta el punto de amordazar la investigación e imposibilitar los procesos de innovación en las empresas agroalimentarias.

 

Obviamente el alarmismo originado hacia estos procesos va más allá de las comprensibles dudas éticas, que siempre pueden ser subsanadas mediante el empleo riguroso de fuentes de información solventes que estimen todos los parámetros empleados en las técnicas biotecnológicas junto a las regulaciones y normativas aplicables en el sector.

 

 

+info:

  • Centro nacional de Biotecnología: http://www.cnb.csic.es/index.php/es/
  • Las 10 dudas principales de los consumidores ante la biotecnología alimentaria: http://gmoanswers.com/studies/top-10-consumer-questions
  • Control en Biotecnología alimentaria: http://www.consumer.es/seguridad-alimentaria/normativa-legal/2007/10/29/171192.php

 

 

 

     
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