EFICIENCIA Y COMPETITIVIDAD EN EL SECTOR ALIMENTARIO

Los factores de eficiencia y competitividad del sector precisan de un marco dual, operativo y regulativo, que aborde las relaciones comerciales como complemento a los esquemas productivos dentro de la empresa.

 

Por este motivo, la Ley 12/2013 de 2 de agosto, de Mejora de la Cadena Alimentaria, tiene como objetivo optimizar las interacciones entre los diversos actores de la cadena alimentaria española, de manera que aumente la eficacia y competitividad del sector agroalimentario, reduciendo el desequilibrio de las relaciones comerciales entre los diferentes operadores implicados. Ello implica un marco jurídico de protección a la PYME y a los productores del sector primario, en muchas ocasiones amordazados por las presiones y la dependencia económica hacia los agentes comercializadores.

 

El texto legal plantea actuaciones para reducir dichos desequilibrios y establecer un marco de competencia para el beneficio del sector, por ejemplo, regulando el régimen de contratación, en especial la compra de animales vivos, los piensos y todas las materias primas e ingredientes utilizados para la alimentación animal y la venta de la producción por los agricultores y ganaderos, e introduciendo la obligación de formalizar por escrito los contratos alimentarios, donde se fijarán el objeto y precio del contrato, asi como las condiciones de pago, poniendo límites claros a las prácticas comerciales abusivas que perjudican a los productores frente a las grandes comercializadores y las superficies comerciales.

 

Conjuntamente a esta regulación de las prácticas comerciales, la ley impone un código de buenas prácticas mercantiles para conseguir mayor seguridad en las relaciones contractuales, al que se podrán adherir los operadores, y la creación del Registro estatal de buenas prácticas en la contratación alimentaria en el que contarán los operadores adheridos.

 

Además, se crea el Observatorio de la Cadena Alimentaria que observará las prácticas comerciales empleadas por los operadores de la cadena alimentaria, el análisis de los precios y los factores causantes de su evolución y el fomento de las citadas prácticas de la contratación, tipificándose las infracciones en materia de contratación alimentaria. Por último, se crea la Agencia de Información y Control de Alimentarios (A.I.C.A, organismo autónomo adscrito al Ministerio de agricultura, Alimentación y Medio Ambiente) para el control de los mercados oleicos, lácteos y otros, para la mejora del funcionamiento de la cadena alimentaria.

 

Esta Ley se complementa a la perfección con la de Fomento de Integración de Cooperativas de carácter agroalimentario, cuyo objetivo es potenciar la concentración de la oferta para que adquieran una mayor dimensión y estructura y tengan con ello más poder de negociación, y así poder acceder al mercado en mejores condiciones.

 

No obstante a este nuevo marco regulativo presentado de manera introductoria, que obviamente va a suponer una mejora operativa en todo el sector alimentario nacional, alcanzar la eficiencia y la competitividad en la empresa, pasa por un profundo análisis y la posible reformulación de los procesos productivos internos implantados en nuestras compañías.

 

De esta manera, uno de los factores prioritarios sería el de estimar la estructura de costes empresariales a fin de obtener ahorros significativos y cuantificables, para lo cual las organizaciones deben orientarse hacia procesos de integración trasversal, estudiando la operatividad cotidiana de los procesos y adoptando compromisos y objetivos de mejora inter-departamentales que vinculen a todas las secciones productivas de la empresa.

 

Por otra parte, es importante también analizar el dimensionamiento de la plantilla y si se encuentra ajustada a las necesidades y procesos de la compañía, adoptando posibles fórmulas de mejora con criterios eficientes de coste y utilidad.

 

Finalmente, el empleo de las nuevas tecnologías para la innovación, tanto integradas en los procesos productivos como en la gestión, el romper hábitos obsoletos de escaso valor añadido, unido a una regeneración corporativa que incremente las ilusiones de progreso y mejora en la compañía, son claros factores que mejorarán la eficiencia de nuestra organización.

 

Respecto a las metodologías de diagnosis para calibrar la eficiencia empresarial sobre sus métodos productivos, debe realizarse una auditoría o análisis exhaustivo de costes en sus diversas actividades, valorando además los intagibles de alto valor añadido que las mismas aportan a todo el proceso. Analizar el porqué se hace, cómo se hace, quién la hace y qué utilidad tiene para la empresa, nos ayudará a valorar la eficacia de cada departamento y redefinir sus objetivos profesionales.

 

Organización y jerarquías, estructura departamental del personal, procesos productivos y tecnologías empleadas, constituyen pues los ejes para elaborar el Plan de Eficiencia que debe plantearse, como se ha mencionado, de manera transversal e integradora y con unos objetivos de mejora y de implantación de las soluciones, prácticos, factibles, cuantificables y comprensibles por todos los niveles de la organización.

 

A nivel cualitativo, los objetivos de dicho Plan permitirán lograr, por ejemplo, una reducción de costes de estructura, el crecimiento productivo sin incremento de costes, mayor eficacia laboral del personal, mayor rentabilidad de los procesos logísticos o comerciales, etc. Todo ello sin olvidar que el fin último de nuestras organizaciones es mejorar progresivamente los resultados en nuestras relaciones con las audiencias y stakeholders integrados en la cultura corporativa de la compañía, por lo que el Plan de Eficiencia también supondrá una notable mejora en el servicio al cliente, optimizando la calidad de nuestros productos o servicios y desarrollando un cambio de la cultura corporativa orientada al usuario y a los resultados, en definitiva, incrementando nuestra competitividad profesional.

 

Respecto a la Competitividad e internacionalización de las empresas alimentarias españolas y como documento de última hora, puede citarse el Plan Estratégico de Internacionalización promovido por al Ministerio de Economía y Competitividad e ICEX, presentado el 25 de mayo de 2014 y puesto a disposición de las empresas españolas, que incluye 41 medidas para impulsar en el medio y largo plazo la competitividad y la contribución del sector exterior al crecimiento de la economía y a la creación de empleo en España.

 

 

+info:

  • Ley de Mejora de la cadena Alimentaria: http://www.boe.es/diario_boe/txt.php?id=BOE-A-2013-8554
  • Agencia de Información y Control de Alimentarios (A.I.C.A.): http://aplicaciones.magrama.es/pwAgenciaAO/General.aao?idioma=ESP&avisosMostrados=NO&control_acceso=S
  • Plan Estratégico de Internacionalización de la economía española 2014-2015: http://www.icex.es/icex/es/navegacion-principal/que-es-icex/sala-de-prensa/sala-prensa/NEW2014285231.html

 

 

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